La agua fresca es tan común como una Coca-Cola en la mesa a la ahora de la comida.
No existe una agua fresca principal, ya que depende del gusto de cada individuo. Hay aguas frescas de Jamaica, horchata, pepino con chía, piña, tamarindo, melón y muchos otros sabores.
Ves aguas frescas promocionadas cada vez que vas a un restaurante mexicano, ya sea Señor Pancho’s Mexican Grill o Trujillo’s Taco Shop, pero ¿te has preguntado alguna vez el origen de las aguas frescas?
Las aguas frescas tienen su origen en la época de los aztecas. Con las frutas o flores que ellos colectaban en el camino hacia Tenochtitlan, los aztecas, al igual que ahora, mezclaban esas flores o frutas con agua.
Los aztecas enfriaban sus aguas con hielo de Popocatépetl, un volcán inactivo.
Las aguas frescas se hicieron más populares en Michoacán, ya que le agregaban caña de azúcar, lo que las hacía las aguas más dulces.
Las aguas frescas siguen siendo un elemento fundamental en la cocina mexicana porque son refrescantes, contienen un nivel mínimo de vitaminas dependiendo del sabor, son sabrosas y forman parte de las raíces de la comida mexicana.
Las aguas frescas son originalmente una mezcla de fruta, agua y azúcar. Algunas personas cuelán sus aguas para eliminar la pulpa de la fruta; otras la dejan para aumentar la digestión y la fibra.
Estas aguas no nada más se toman por su sabor delicioso, sino también por las vitaminas de la fruta natural. Muchos emigrantes de México y otros países latinoamericanos toman aguas frescas cuando trabajan bajo el sol. Las aguas frescas proporcionan hidratación, nutrientes y son fáciles de preparar.
En 1940, las aguas frescas llegaron a los Estados Unidos, comenzando a venderse en carritos de raspados, de papitas y en puestos de tacos. No solo trajeron el sabor de México, con sus bebidas y su cocina, sino también la cultura tradicional de cómo se preparan y comparten.
Las aguas frescas son un símbolo de nostalgia a las raíces familiares, cuando todos se sientan a comer y a tomar una agua fresca para acompañar la comida, el sabor auténtico de México.
Las aguas frescas ganaron popularidad en los restaurantes mexicanos, especialmente las aguas de Jamaica, horchata y pina.
Hasta el día de hoy, las aguas frescas son mucho más que una bebida; son parte de la cocina mexicana que representa cultura y tradición. No importa en qué lugar del mundo una persona esté, un vaso de agua fresca te conecta con tus raíces.