SAN DIEGO — Era un domingo a la tarde cuando la vida de Carmen y la del resto de su familia cambió por completo porque su esposo Jesús fue deportado.
En 2010, Carmen y Jesús, que pidieron no ser identificados con sus apellidos por miedo a ser identificados por los agentes de inmigración, y sus dos hijos iban de regreso a su casa cuando vieron una camioneta oscura estacionada al frente, según relató Carmen.
“Chuy (Jesús) y yo nos vimos cuando vimos la camioneta y Chuy me dijo: ‘¿estás pensando lo que yo estoy pensando?’ Inmediatamente yo sentí un holló en mi estomago,” dijo Carmen.
Los agentes de inmigración que estaban estacionados frente a su casa se acercaron y le pidieron que se estacionara y que metiera a sus hijos adentro de la casa, contó Carmen.
“Inmediatamente lo esposaron y lo metieron en su camioneta pero los niños si alcanzaron a ver”, dijo Carmen.
“Cuando me subieron a la camioneta el agente me preguntó: ‘¿qué estás pensando?’ Y yo le respondí: ‘estoy pensando en mi familia’”, dijo Jesús y agregó que el agente se disculpó y le explicó que estaba haciendo su trabajo.
AUMENTO DE DEPORTACIONES EN LA ERA OBAMA
Según un informe del Departamento de Seguridad Nacional, 144.754 inmigrantes que fueron deportados en 2010, tenían orden de deportación sin tener antecedentes criminales. Jesús es uno de ellos. Ese año, unas 273.150 personas fueron deportadas, menos de la mitad, 128.396 de ellas, con antecedentes penales.
El 20 de noviembre de 2014 el presidente Barack Obama dio un discurso sobre inmigración y dijo que la deportación de personas con antecedentes penales había subido un 80 por ciento en los últimos seis años y que tenían que seguir usando recursos contra las amenazas a la seguridad nacional.
“Criminales no familias, criminales no niños, pandilleros no las madres que trabajan todos los días para mantener a sus hijos”, dijo el presidente.
LAS FAMILIAS SE PERJUDICAN MUCHO
“Sientes que se te va a caer el mundo cuando ves algo así de feo y fuerte y en ese momento aunque ellos están haciendo su trabajo están afectando a una familia”, dijo Carmen.
Para la familia de Carmen la deportación de Jesús trajo grandes cambios no solamente por la pérdida de su casa pero también por cómo afectó a la salud de su hija menor.
La profesora Joanna Dreby de la Universidad de Albany en Nueva York se especializa en problemas de inmigración, y en cómo estos afectan a los niños y las familias. Dreby llegó a la conclusión con su investigación que la deportación de uno de los padres causa sentimientos de ansiedad e inseguridad en los niños.
Dreby afirmó que la deportación del padre parece tener un efecto más grande sobre la ansiedad de los hijos.
“Mi hija se enfermó con ataques de ansiedad y la tuvimos que llevar al hospital”, recordó Carmen. “Era muy chiquita y no entendía por qué su papá no podía estar con nosotros”, añadió.
“Mi hijo Luis estaba muy callado, y siempre estaba muy metido en sus pensamientos después de que se llevaron a su papá se metió en problemas y ya no quería ir a la escuela”, continúo Carmen.
“Yo le preguntaba a mi mamá qué le iba a pasar a mi papá y siempre que veía una camioneta negra me preocupaba y me ponía nervioso que también se llevaran a mi mamá”, dijo Luis.
En 2013, el número de deportados aumentó a 314. 904 según un informe del Departamento de Seguridad Nacional.
Eufemio Martínez, de 42 años, fue uno de los que fueron deportados en 2013 por tener antecedentes penales en los Estados Unidos. Se trataba de un crimen cometido a los 18 años.
Jeh Charles Johnson del Departamento de Seguridad Nacional anunció el 20 de noviembre de 2014 las nuevas reglas migratorias que el Departamento de Seguridad Nacional y la patrulla fronteriza debían seguir.
En el documento, Johnson comunicó que los inmigrantes indocumentados que son considerados primera prioridad para deportación son los que posiblemente estén involucrados en actividades terroristas, los que son arrestados en la frontera tratando de entrar ilegalmente, y los que tiene algún tipo de antecedente penal en los Estados Unidos.
Martínez se estaba arreglando para ir a su trabajo de construcción en Long Beach cuando los agentes de inmigración lo fueron a buscar. Después de hacerle unas preguntas lo arrestaron.
“Me acuerdo que mi mamá me recogió de la escuela un día y me dijo: ‘algo pasó con tu papá pero no quiero que te pongas muy triste’”, dijo Gabriela, la hija de Martínez. “Mi mamá me dijo que mi papá fue deportado y que por mi situación de inmigración iban a ser varios años hasta que yo lo pudiera volver a ver”.
Martínez tiene tres hijos y dos de ellos son ciudadanos estadounidenses pero su hija del medio nació en México. Después de que el hombre se divorciara de su mujer su relación con sus hijas empeoró.
“Estábamos tratando de mejorar esa relación cuando fue deportado y ahora no hablamos tanto”, dijo Gabriela. “A veces siento que me falta una gran parte de mi corazón por no tener a mi papá cerca, pero es algo con lo que yo tengo que vivir todos los días”.
Para Jesús el viaje de regreso a los Estados Unidos no fue fácil, pero era necesario regresar con su familia. Jesús trató de cruzar la primera vez por el mar y la segunda por tierra pero eso causó que los pies se le hincharan por caminar tanto, dijo Jesús. No fue hasta la tercera vez que logró regresar a los Estados Unidos.
“Cuando regresó estaba siempre asustado cuando alguien tocaba la puerta”, dijo Carmen. “Ya no volvió a ser el mismo”.
UNA FORMA DE ESTAR CERCA
En la ciudad de San Diego, hay un parque llamado Parque de la Amistad en el que las familias que están a ambos lados de la frontera se pueden visitar los sábados y domingos entre las diez de la mañana y las dos de la tarde.
El parque está abierto al público pero hay agentes de inmigración y casualmente piden identificación. Por lo que para familias como las de Carmen esta opción no es factible porque ella también es indocumentada.
“Yo entiendo nosotros estamos en su país pero solamente necesitamos que nos den una oportunidad para mejorar la vida de nuestras familias”, dijo Carmen.
Sin embargo, muchos se arriesgan para poder ver a sus familiares que tanto extrañan.
LA SITUACIÓN PODRÍA COMPLICARSE AÚN MÁS
La campaña presidencial de 2016 tiene al tema migratorio como uno de los más importantes.
Entre los candidatos republicanos el tema migratorio tiene que ver con asegurar la frontera, pedir verificación de permiso de empleo y aumentar el número de agentes fronterizos.
Uno de los aspirantes a ser el candidato republicano que anuncio su plan de inmigración y sus sentimientos sobre la comunidad latina muy abiertamente en su campaña es Donald Trump. El republicano recomienda que los Estados Unidos aumenten el número de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por su sigla en inglés) y la deportación de indocumentados con antecedentes penales.
Entre los candidatos demócratas el tema de inmigración se enfoca en proteger el programa de acción diferida (DACA, por su sigla en inglés), mantener a las familias juntas y expandir los programas de salud.
Bernie Sanders, que aspira a ser el candidato demócrata a la presidencia, anunció su plan para inmigración y entre otras cosas recomienda expandir el programa DACA que le permite a ciertas personas no sean deportadas para que las familias no sean separadas.
EL TRABAJO DE ICE
La función del ICE es defender la seguridad de los Estados Unidos y sus ciudadanos. Se enfocan en amenazas a la frontera y actos de terroristas. También son responsables de detener inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales, según su sitio web.
Según la directora de ICE, Sarah R. Saldaña, las personas que están en la lista como prioridad para ser deportadas son aquellas que aparentan ser una amenaza para la seguridad nacional, la segunda prioridad la ocupan personas con antecedentes penales y la tercera prioridad son personas que tiene orden de deportación.
“Todos merecemos una oportunidad”, dijo Carmen. “La gente que se levanta bien temprano hasta dos trabajos y luchando para que en un momento vengan y te destruyan todo horrible”.