En esta semana no es raro ver las largas filas de alumnos, en ciertas áreas de la San Diego State University, quienes están empezando el proceso de decidir si quieren formar parte de una fraternidad o hermandad.
Este es el momento que muchos han estado esperando para demostrar que son capaces de quedar dentro de una de estas organizaciones.
Jorge Ferrer, presidente de la fraternidad Gamma Zeta Alpha dijo que hay muchas alternativas para los estudiantes que están buscando involucrarse y ser miembros de una organización, todo depende de donde el estudiante se sienta cómodo.
Ferrer dijo que para el, elegir una fraternidad fue algo fácil por que vio que los miembros de Gamma Zeta Alpha se trataban como hermanos en todo momento y era algo que el buscaba, ya que el era nuevo en esta ciudad.
“Yo me sentí cómodo con ellos y mi consejo para los estudiantes que están pensando en entrar a una fraternidad es que sean responsables y que tengan un balance entre la escuela, su vida personal y la fraternidad”.
Elmer Ramírez, estudiante de justicia criminal dijo que no le gustan las fraternidades y que nunca se haría miembro de una.
“A lo que veo, y he visto se me hacen una tontería”, dijo Ramírez. “Pero pues, también pueden ser buenas”.
El dijo que esto se debe a que ingresar a una fraternidad es más para ser parte de tal grupo.
Alberto Corona, integrante de la fraternidad Lambda Theta Phi, considera que dentro de SDSU hay organizaciones que no son una perdida de tiempo.
“Mucha gente que no tiene estudios más altos que la prepa pueden pensar mal de las fraternidades y tienen una mala perspectiva sobre todo eso por todo lo que sale en películas y cosas así” dijo Corona.
El aspecto que más atrae a las personas a querer unirse a una fraternidad o hermandad es que no saben cómo va a ser esa experiencia.
Además lo que las hace ser únicas es que unas son dirigidas por carreras, creencias, gustos y pasatiempos.
El método de iniciación no ha sido compartido por ninguna de las fraternidades o hermandades, por reglas internas, lo que las hace aún más interesantes.
De acuerdo a reglas de la universidad, estos deben de ser procesos con diferentes facetas que puedan ayudar a los participantes a conocerse y donde aprendan más sobre la historia del sistema griego.
No se permiten métodos de degradación, abuso, trauma, ni ningún tipo de acción que cause daño a sus participantes.
Los participantes deben de mantener buenas calificaciones y tener un promedio general de 2.25 a 3.5 y el precio para pertenecer a una de estas organizaciones varía desde $100 hasta $1000 por semestre.
Actualmente en la universidad, hay 44 fraternidades y hermandades reconocidas con más de 2,800 miembros.
Estas organizaciones crean pequeñas comunidades entre los estudiantes que promocionan ayudarlos a sentirse mejor, liberar el estrés y crecer como personas. Hay fiestas, reuniones y retiros que ayudan a que sus miembros se conozcan y convivan con personas que piensan de la misma forma.
Carlos Cabrera, estudiante de biología de la SDSU, no ha formado parte de una fraternidad pero no descarta la posibilidad de ser parte de una.
Para Cabrera, una fraternidad podría brindar muchas ventajas como tener amistades y hacer conexiones.
“Aunque muchos piensan que son puras fiestas y relajos lo que hacen muchas personas no saben que en realidad tienes que tener un GPA relativamente bueno para poder estar adentro de una” finalizo Cabrera.