El primero de diciembre, Estefanía Castañeda, una estudiante que estudia un doctorado en ciencias políticas en UCLA, compartió con la Universidad Estatal de San Diego el inicio de un estudio en el que encontró que los estudiantes y personas de alto ingreso económico que cruzan regularmente la frontera San Ysidro-Tijuana tienen percepciones negativas de las autoridades con mayor cantidad que otros grupos.
Castañeda dijo que la interacción que tienen los estudiantes ciudadanos quienes cruzan a los Estados Unidos diariamente es la primera y, por ende, la de mayor importancia.
“Si esta experiencia es negativa”, va afectar la manera en que (los estudiantes transfronterizos) se identifican como estadounidenses y cómo perciben la sociedad estadounidense en general”.
Entre los 800 voluntarios transfronterizos, los cuales fueron cuestionados por Castañeda y su equipo en el trolley de San Ysidro durante un mes, también se encontraban personas quienes no eran ciudadanos, personas quienes no eran estudiantes y estudiantes de bajo ingreso económico.
Ninguno reportó mayor percepción negativa que los estudiantes y las personas de alto ingreso.
Una de las teorías que podría explicar esto es porque tienen mayor conocimiento de sus derechos e identifican cuando existen injusticias.
La frontera San Ysidro-Tijuana es la más traficada del mundo.
La cultura de viajeros transfronterizos es un tema del cual se habla poco, especialmente en las escuelas.
Castañeda dijo que es por esto que le gustaría investigar en el futuro la manera en que la participación política de los viajeros es afectada por estas percepciones negativas.
Un impacto directo que tienen los estudiantes es en el desarrollo académico.
Estudiantes como Castañeda se levantan temprano para cruzar, y toman el trolley de San Ysidro a su destino, lo cual puede sumar 4 horas y de regreso otras dos.
Llegar tarde a clases o dormir en sus carros son unos de los desafíos que enfrentan estos estudiantes.
Concientizar a los profesores y a la universidad es el propósito que tienen las investigaciones de Castañeda y el equipo Organización Estudiantil de Alianza Transfronterizo, quien organizó el evento en SDSU.
Castañeda también propone un cambio de política en donde los estudiantes quienes no residen en California califiquen para ayuda monetaria adicional, porque finalmente el 80 por ciento del tiempo radican en Estados Unidos.
Cassandra Drake, quien estudia una maestría en educación y será parte de entrenamientos para concientizar sobre esta población, dijo que hay que cambiar la idea de que estos estudiantes, quienes son ciudadanos, no viven aquí y solo utilizan recursos que no les pertenecen.
“Existe un estigma que los estudiantes quienes vienen a nuestras escuelas se están acabando nuestros recursos”, dijo Drake. “En realidad, tienen todo el derecho de estar aquí”.
Vanessa Falcon, quien estudia su doctorado en educación y quien es presidenta de TASO, organizará en el semestre de primavera 2018 una serie de entrenamientos en donde se compartirá información sobre esta aparente población invisible.
Además, también invitará al personal de la universidad a que se unan como “aliados”. Ellos podrán ser identificados por los estudiantes transfronterizos a través del sitio de TASO, y podrán acudir a ellos para confianza y apoyo.
“Existe un sentimiento anti-inmigrante”, dijo Falcon. “No es fácil ser abiertos sobre este tema, especialmente con esta ‘era de Trump’”.