El 20 de enero, miles de personas marcharon en el downtown de San Diego para defender los derechos de las mujeres como parte de la Marcha de las Mujeres. Personas de todos demográficos participaron en la demostración, cargando carteles que leían “¡sí se puede”!, “este es nuestro tiempo” y “tu voto es tu voz”.
Este es el segundo año consecutivo que la Marcha de las Mujeres se organiza en San Diego. Otras ciudades por todo el país organizaron esta marcha también, incluyendo Los Ángeles, Nueva York, Chicago y Washington D.C.
La gente no solo cargaba carteles que defendían a los derechos de las mujeres, pero también que peleaban por los sueños de los recipientes de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia.
“Es un movimiento dirigido por las mujeres, pero es sobre la justicia social”, dijo Doreen Mattingly, profesora del Departamento de Estudios de las Mujeres. “No es solo de la igualdad de las mujeres o de los derechos de la mujer”.
Mattingly dijo que las emociones eran un poco diferente este año que el año pasado.
“Pienso que para todos nosotros, las emociones son diferentes porque las emociones estaban más altos (el año pasado) en respeto a no saber como la marcha sería y todas esas emociones de esos quienes estaban preocupados de lo que esta administración significaría para los derechos de las personas en general y los derechos de las mujeres, específicamente”, dijo Mattingly.
Teddi Brock, la coordinadora administrativa del Departamento de Estudios de las Mujeres también asistió la Marcha de las Mujeres por la segunda vez.
“Yo sentí como ya era tiempo para otra marcha porque el del año pasado fue tan poderoso, y sentí que sería bueno (tener otro) en este tiempo después de estar un año en la administración de Trump para poder recargar nuestra batería y juntarnos y ver lo que la gente estaba pensando”, dijo Brock. “También pienso que es una oportunidad excelente para que la gente sea escuchada”.
Mattingly dijo que estaba emocionada y contenta de que personas jóvenes asistieran la marcha.
“Me alegro que la gente no está solo leyendo en las pantallas”, dijo Mattingly. “Para mí, hay algo muy visceral de una marcha, de estar con un grupo de personas. Yo lo encuentro muy emocionante. Es porque hago este tipo de trabajo”.