Hace 50 años, un grupo de estudiantes del este de Los Ángeles manifestaron con el propósito de cambiar el sistema escolar.
El 26 de noviembre, Isidro Ortiz, profesor de Estudios Chicana y Chicano de la Universidad Estatal de San Diego, dio un discurso de este movimiento que luchó contra el racismo y la justicia educativa de la década de los 60s.
Al mismo tiempo, Ortiz mostraba documentales y videos de este tiempo para hacer que el público visualizara de lo que estaba hablando.
Estudiantes de la escuela Abraham Lincoln del este de Los Ángeles organizaron una huelga, donde varios estudiantes participaron y lucharon para mejorar la educación de las comunidades donde predominaban las minorías raciales.
Al mismo tiempo, estaban luchando contra la discriminación que prevalecía contra los estudiantes mexicoamericanos.
Este movimiento es conocido como el Chicano Blowout, el cual es históricamente reconocido dentro de la historia chicana en EEUU.
Los Chicano Blowouts fueron una serie de huelgas, en donde estudiantes de preparatoria lucharon contra condiciones desiguales. Este movimiento comenzó el 1 de marzo de 1968.
La comunidad se reunió en la Biblioteca Central, en el centro de San Diego a las 6:30 p.m. para escuchar sobre el tema.
“Yo vine a conocer al profesor Ortiz y para escuchar sobre sus experiencias de resistencia”, dijo David Florencio. “También se me hizo interesante su relación y legado de las huelgas, y cómo se relaciona con el presente y el futuro”.
Ortiz dijo que los blowouts ayudaron a estudiantes a desarrollar un sentido de eficiencia, la idea de que si actuaran, podrían estar empoderados.
“Actuaron en marzo de 1968, creyendo que pudieron hacer una diferencia, recibir sus demandas solo para seguir con otras demandas”, dijo Ortiz. “Fueron rechazados por los consejos escolares, y optaron por hacer blowouts para hacer un cambio”.
Ortiz dijo los estudiantes fueron juzgados en ese tiempo por salir de la escuela debido a que perdieron tiempo de aprendizaje. Hubieron varias quejas y la gran mayoría de la gente de Los Ángeles que no actuó en los blowouts, criticaron de manera negativa estos actos.
“Lo que me gusta decirle a la gente es que parte del aprendizaje cívico más importante, se realiza fuera de la clase”, dijo Ortiz.
Gloria Andrade, una activista que asistió a la conferencia, dijo que no hay edad para ir a manifestar para que tu voz sea escuchada.
“Votar es muy importante y hay más jóvenes que se involucran en eso, y es realmente genial”, dijo Andrade. “Otra gran mejoría es que si un niño no se siente bien con ellos mismos,s hay muchos recursos para animarlos y decirles que son valiosos”.
Las huelgas representaron una renovación y una extensión del activismo estudiantil. Es por eso que las protestas han sido una parte emblemática de la historia educative dentro de EEUU.
“Hay una larga historia de activismo estudiantil pero lo que faltaba en términos de esta historia era la contribución de los chicanos.” dijo Ortiz.
“Ahora estamos creando nuestra propia historia porque antes era una tema que no aprendíamos en las escuelas”, dijo Andrade.