El 1 de febrero, estudiantes de la Universidad Estatal de San Diego presentaron su investigación sobre la colección de cartas de inmigrantes y refugiados, recluidos en el Centro de Detención de Otay Mesa.
Las cartas obtenidas han sido analizadas desde el verano del 2018, hasta la fecha.
Durante la presentación, los universitarios leyeron historias de algunos de los detenidos, quienes son de diferentes países, como Honduras, El Salvador, Venezuela, Brasil y China.
Además, estas personas comparten sus experiencias vividas, antes de ser detenidos y durante su proceso en el centro de Otay.
“Huí de El Salvador por la violencia y la discriminación que se vive a diario, y por la falta de apoyo a los jóvenes”, escribió un joven de 19 años, quien fue detenido en la garita de El Chaparral y llevado al Centro de Detención de Otay Mesa. “No somos lo que el presidente Trump cree”.
Los estudiantes se han conmovido al conocer cómo las vidas de estas personas han sido difíciles desde el momento que dejaron sus países hasta que fueron separados de su familia. Hasta algunos de los migrantes dicen no poder tener comunicación con sus familias.
“Es una injusticia que nadie merece” dijo Tori Mullenix, estudiante de seguridad internacional y resoluciones de conflictos de SDSU. “Veo como tratan a estos migrantes, y se me hace muy feo porque están viniendo a EEUU por la misma razón que mi mamá vino, por oportunidades”.
Mullenix dijo que estas cartas nadie las conoce, es por eso que las noticias deben compartirlas para que la sociedad tenga conocimiento de lo que en verdad está sucediendo.
Ninguno de los estudiantes que participaron en esta investigación conoce a los detenidos, sin embargo, algunos de ellos han podido enviarles cartas brindándole su apoyo.
“Yo intercambié una carta con un joven”, dijo Ivette Lorona, estudiante de la maestría en salud pública con estudios Latinoamericanos de SDSU. “Al final de la carta me dijo, ‘vive todos los días como si fuera tu último día’”.
Lorona, quien trabaja para la biblioteca de la universidad, dijo que lee alrededor de 10 a 30 cartas al día.
“Hay muchas personas que quieren que escuchen sus historias”, dijo Lorona. “Están desesperados que alguien los escuche, que reconozcan que están ahí y que los ayuden”.
Sam Orndorff, estudiante de geografía de SDSU, dijo cree que es importante compartir estas historias donde la gente ha sido deshumanizada y criminalizada.
Asimismo, no todas las cartas que Orndorff ha leído son experiencias buenas, sin embargo, dijo que la experiencia le ha ayudado ver el problema de una manera diferente.
“Hay momentos felices en estas cartas”, dijo Orndorff. “Eso me da energía para continuar con este trabajo y difundir justicia”.
Justicia e igualdad es lo que estos estudiantes universitarios quieren compartir alrededor de su comunidad. Estos detenidos han pasado meses y años en un lugar aislado de su familia donde no se les ha mostrado ninguna solución en concreto.
“Yo vivo en Riverside y me vine a estudiar a San Diego, yo tengo el privilegio de ir a ver a mi familia cuando yo quiera”, dijo Martin Ibarra estudiante de la maestría de salud pública y estudios de Latinoamérica de SDSU. “Estas personas están en detención y van meses o años sin ver a su familia o estar en comunicación, eso me cambió mucho a mí”.
Esta colección de cartas se encuentran en la biblioteca de la universidad, donde estudiantes pueden leer las cartas.