Víctor Clark-Alfaro empezó a trabajar como profesor en la San Diego State University en 1999 y contribuyó para que esta universidad sea la única en los Estados Unidos que ofrece cursar materias del otro lado de la frontera.
Dieciséis años después, sus clases siguen siendo muy populares. Y es porque los estudiantes saben que sus materias son diferentes a las otras que están disponibles. Clark-Alfaro llegó a esta universidad gracias al ex-director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la SDSU, Tom Davies, que lo invitó a dar clases en San Diego pero Clark propuso que las clases fueran en Tijuana y así comenzó todo.
“A (Davies) le pareció una excelente idea porque sacas al estudiante de su zona de confort y exploramos temas que no son comunes”, dijo Clark. “La idea es darles una perspectiva distinta de la frontera y no por medio de una tercera persona si no de personas con experiencia de primera mano”.
Clark también destacó que hay varias razones por las cuales su materia es muy popular entre los estudiantes, por ejemplo que son grupos pequeños, los temas que se analizan y que les sirve como trabajo de campo en la frontera.
“La ventaja que tiene la SDSU es que Latinoamérica esta a 20 minutos de la universidad”, dijo Clark. “Esto provocó que se tuviera que abrir otra clase, ahora tienen esta oportunidad sin tener que ir a otro país tan lejos”.
Clark dijo que antes daba clases en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y que siempre se ha dedicado ha ser activista y defensor de los derechos humanos.
Derick Abrigu, estudiante de la maestría en administración publica y estudios latinoamericanos de la SDSU, dijo que antes de empezar sus estudios de posgrado ya sabía que quería cursar la materia de Clark, llamada “México y la frontera de EE.UU. desde una perspectiva latinoamericana” (LATAM 550) porque mucha gente del programa se la había recomendado. El estudiante, que es oriundo de Canadá, dijo que estas experiencias te crean conciencia acerca del medio ambiente, de la cultura y de la sociedad de una manera que no se puede hacer simplemente leyendo libros.
“Cursos como este son únicos en la SDSU. Además, el profesor cree mucho en lo que hace y los alumnos, muy entusiasmados, responden de una manera bien positiva”, dijo Abrigu. “Muchos de los estudiantes nunca han cruzado al otro lado, no tienen ningún conocimiento de la cultura, y entonces se basan sobre lo que escuchan de otros amigos, de familiares, y de las propagandas que ven en la televisión y en el cine. Se asustan, creen que no hay nada interesante para ver o hacer en Tijuana y también que es peligroso, y se cierran bien fácilmente a estas ideas”.
Abrigu aseguró que su punto de vista acerca de Tijuana cambió después de cursar la materia con Clark porque, como en el caso de otros estudiantes, solo le habían informado que Tijuana era para salir de noche y conseguir algunas cosas baratas. Pero semana a semana Clark le mostró mucho más.
“Vi una ciudad vibrante y con una identidad particular. Tijuana viene a representar para mi la política migratoria, intensificado en esta ciudad” dijo Abrigu. “Es verdaderamente un mundo dinámico con mucho para ver”.
Abrigu dijo que cursar esta materia empieza con el alumno rechazando muchos de los conceptos y metodologías tradicionales de enseñanza y que el profesor viene a ser el símbolo que representa el cambio, y con sus esfuerzos y consejos, ayuda al estudiante abrir sus ojos.
“Esta transformación académica, aunque sea para mí, es lo que considero el punto crítico de este curso, y este recuerdo es algo que no voy a perder”, dijo Abrigu. “Cada semana que pasa, se nota la evolución social del curso, y el estudiante también es capaz de sentir un desarrollo en su persona”.
Tiffany Raguine, estudiante de salud pública que este semestre está cursando la materia llamada “Cultura y la sociedad de Tijuana” (LATAM 320) dijo que ella nunca había visitado Tijuana, pero que por ese motivo se decidió registrarse en esta materia pues quería conocer esta ciudad y también cumplir con el requisito de estudiar en el extranjero para poder graduarse. Raguine dijo que sus experiencias durante este semestre han sido muy emocionantes y divertidas.
“Considero que muchos estudiantes que no son latinos participan de esta clase porque como yo, han vivido en San Diego toda su vida y siempre han querido ir a ver cómo es nuestra ciudad vecina”, dijo Raguine. “Me ha permitido ver que Tijuana no es nada negativo como lo que había visto o escuchado anteriormente a través de los medios de comunicación y yo consideraría volver aquí con mis amistades y familia”.
Clark dijo que se siente privilegiado por vivir en la frontera porque obtiene lo mejor de los dos mundos. Y que tiene la certeza de que el alumno aprendió durante cada sesión, es que la materia cubre el tema en donde se desarrolla.
“Esta la experiencia de decenas de estudiantes que han participado en esta clase, y su opinión ha sido favorable,” dijo Clark. “Que hablen con algunos de ellos para ver si les recomiendan esta clase”.