Durante el semestre de la primavera del 2018, me fui de intercambio a Santiago, Chile. Estudie en la Universidad Adolfo Ibáñez, sin saber que era una escuela privada. Por la razón que mi licenciatura es en negocios internacionales con un énfasis en español y estudios latinoamericanos , tuve la oportunidad de ir con el programa entre la Universidad Estatal de San Diego y la UAI.
Mi semestre duró cinco meses, desde finales de febrero hasta principios de julio. Mis estudios consistieron en cinco clases en total, y solamente dos eran en inglés, otro fue enseñado en castellano y los últimos dos en español-chileno.
La universidad donde yo estuve, es un poco grande en comparación con otras universidades en Chile. Además, hay alrededor de 11,500 estudiantes, incluyendo estudiantes de pregrado y estudiantes de maestría.
Esta escuela tiene dos campus principales. Uno en Viña del Mar, Chile, que está en la costa. El campus en el que estaba actualmente enlistado fue en Peñalolén, en la ciudad de Santiago.
El campus de Peñalolén está situado en una ladera de la montaña en el sureste de la ciudad. La universidad cuenta con cinco edificios principales para los diferentes facultades, y otros para recreación como el gimnasio y canchas/campos. Estos edificios no están al lado del otro; de hecho, estudiantes necesitar abordar un autobús para llegar de un edificio a otro.
Además, cuando se compara con SDSU, parece haber más interacción entre estudiantes. Siento que muchos estudiantes en SDSU están más ocupados con otras responsabilidades o se sienten más aislados en un campus tan grande con miles de otros estudiantes. Con UAI siendo una escuela más pequeña, es más fácil hacer amigos y pasar el rato entre las clases.
También, me fijé que el ambiente del campus era más relajado. La escuela se aísla de la ciudad haciendo que sea calmado. Otra cosa que noté fue que los estudiantes toman una siesta casi en todas partes; es mucho más común que en SDSU.
Sin embargo, hay algunas similitudes.
Para empezar, encontré muchas organizaciones diferentes que varían de las organizaciones estudiantiles, que vendían cosas o llegan a los estudiantes para involucrarse más en el campus. Otras veces fueron organizaciones externas como un banco o algunos otros vendedores; Incluso vi a la compañía Patagonia reparando ropa rasgada o desgarrada para estudiantes.
Una cosa que me gustó fue un evento patrocinado por Red Bull llamado Batalla de las Calles. Era la final de una competencia de batallas de rap entre gente joven no alistada en la universidad.
El campus también cuenta con salas de estudio para estudiantes, pero uno tiene que reservarlas con tiempo, a diferencia de las habitaciones de la biblioteca del Love Library que se encuentran en una primera base. La biblioteca es mucho más pequeña en comparación con el de la SDSU, pero tiene mesas para estudiar, algunas computadoras y salas de estudio. El laboratorio principal de la computadora estaba situado al otro lado del edificio, a donde los estudiantes podían imprimir tareas.
Durante mi tiempo en la universidad, usaba una pantalla para buscar donde estaban mis clases. Había varias pantallas en todos los edificios que se desplazan a través de la sesión de tiempo de la clase, el nombre de la clase, el profesor dando la clase y el número de habitación y el edificio donde la clase se llevaba acabo. A veces el número de habitación puede cambiar sin que los estudiantes sepan. No era como en SDSU donde hay un tiempo establecido y la ubicación de las clases encontradas en la programación en línea, pero UAI tenía una aplicación en que permite ver la lista de clases en el teléfono.
En comparación con la cultura entre los EEUU y Chile, el de Chile es muy lento en el movimiento del trabajo. Al mismo tiempo, entre la capital, el movimiento es más rápido pero también es normal que uno llegue 30 minutos tarde a una cita.
Algo que me hizo sufrir fue que no había salsa o chile buena para complementar mi comida sin sabor. Un dicho en Chile decía, “La mejor comida en Chile es la cocina peruana”. Mucha comida era suave y carecía de sabor.
Otra cosa que se me dificultó fue el lenguaje chileno. Hablaban castellano mezclado con el lenguaje nativo de mestizo. Por ejemplo, para decir aguacate, decían palta, y para decir elote, decían choclo.
Además,se me complicó comprender la jerga ,por ejemplo universidad, lo cortaban a uni- o la U. Chile, en lo personal, no es el mejor país para aprender el español o castellano. Mis amigos internacionales batallaron bastante con el idioma, debido a la manera que hablaban.