Tras un mes de estancia en China y de regreso a EEUU, me encuentro en una encrucijada por no poder responder a la pregunta tan sencilla de “Y cómo te fue?” Suspiro profundo y respondo con una sonrisa.
No sé si comenzar a contar el crecimiento espiritual, madurez mental, o tremendas diferencias culturales que experimenté. Todo comenzó con la clase de la Universidad Estatal de San Diego que se llama “Volunteer to Teach English in Rural China”.
A diferencia de otros intercambios que solo son para turistear, la parte de ser voluntario en una zona rural, no solo hizo adentrarme y conocer íntimamente la cultura China, si no que hizo de esta experiencia algo significativo.
El entender la diferencia entre una cultura colectivista en donde las necesidades de los demás son la prioridad, como lo son México y China, y una individualista en donde todo gira en torno al individuo, como lo es Estados Unidos, ayuda a encontrarle una explicación a los siguientes comportamientos en la cultura China.
A diferencia de Estados Unidos en donde (en teoría) todos son iguales, la cultura China se destaca por el valor del respeto a los mayores. Nunca había recibido tanto respeto y admiración como la obtuve con los alumnos de secundaria y preparatoria en aquellas provincias.
Los niños dejan de hacer lo que están haciendo para saludar al adulto que entra, y no se levantaban ni se sientan en sus escritorios al menos de que un mayor se les pida. Pero a la misma vez, estos niños son rígidamente educados que crecen tímidos e inseguros de sí mismos.
Otro aspecto de la cultura colectivista que noté en China fue el cuidado hacia las personas de la tercera edad.
En EEUU por ejemplo, existen los asilos de ancianos en donde muchas personas pasan sus últimos dias. En China, ves a los hijos cuidando de sus padres hasta sus ultimos dias.
Pude ver este contraste cuando de regreso, frente a un grupo de alumnos mexico-mericanos, se me dificultó obtener su interés, atención, y obediencia. Fue evidente esta diferencia en actitud por el lenguaje corporal de gran agradecimiento con los alumnos chinos, en vez de falta de interés como lo fue regresando a casa.
A la misma vez, pude presenciar el tremendo énfasis que se le pone al sistema educativo. Mis estudiantes se despertaban a las ocho de la mañana y terminaban con la escuela a las ocho de la noche.
Tras varias lecciones de mi profesora y mis observaciones entendí de que si se valora la educación en China es para tener buena reputación y respeto de los demás. En EEUU, es para fines económicos, porque en ello se dice estar la felicidad.
Tanto se enfocan en la reputación que el tipo de empleo que un estudiante puede conseguir depende de la calidad de universidad a la que fueron.
A diferencia de esto, en los Estados Unidos, el enfoque está en el tipo de conexiones profesionales que se tenga en alguna industria. Por ende, esto agrega más presión a los estudiantes de preparatoria en el examen de admisión de universidad.
Es decir, este examen determina si un estudiante llega a progresar fuera de su provincia o se queda en ella por el resto de su vida.
Otra observación que se me hizo difícil aceptar fueron los complejos de belleza que existían en mis alumnas. Cada vez que salía de dar una clase, nos seguían los estudiantes para tomarse fotos, puesto que son contados los extranjeros que hay en China.
Todos tomaban las fotos en una aplicación móvil en donde se aclaraba la piel, los ojos se engrandecen y la cara se adelgazaba.
Quise criticar estos complejos, pero reflexioné en el hecho de que en EEUU, las mujeres se exponen al sol para agregar color a su piel y similarmente, en China se cubren las piernas por inseguridad a que estén muy oscuras. Es distinto, pero la razón es por el mismo complejo de belleza.
Entendí que como estadounidense y estar expuesta a la tensión de razas durante toda la historia, una crítica respecto al color de piel oscura es inaceptable, pero en China es visto como inofensivo.
Entre otros de los comportamientos que quise tomar personal, fue el que no existe el espacio personal, es decir, aprendí a no ofenderme y mejor reír al hecho de que si estaba parada en público, la gente no dice ‘con permiso’ solo te avientan bruscamente con sus cuerpos. En una cultura individualista, no es muy comun que se viole el espacio personal.
También pude comprender la desorganización y el servicio al cliente de baja calidad que experimenté en varias ocasiones. La calidad de atención al individuo en EEUU es relativo a la cultura individualista.
Según la expresion en ingles “The customer is always right”.
Al mismo tiempo, se nos dice en EEUU que hay que escalar, tener éxito y ser el mejor. En China, todo es improvisado y hay poco enfoque en tener el tiempo estrictamente controlado como en EEUU, que todo monótono y con poco enfoque en la familia.
Un mito que logré discutir con varias perspectivas fue el de la tensión en EEUU hacia China y supuestamente que puede ser la primera potencia.
La economía está creciendo, pero a lo que percibí, está muy lejos de ser tan rico como EEUU Por ejemplo, en Shanghai, que es una de las ciudades más ricas de China, había mucha pobreza y hasta lugares de apariencia tercermundista.
Nadie tiene acceso a pistolas, y por ende la violencia es mínima. Por otro lado, había cámaras a cada cinco metros que caminaba, la gente no tiene libertad de expresión.
Como una joven universitaria que comienza a procesar los tantos problemas a nivel global, me fue muy difícil decidir qué país tiene una mejor estilo de vida.
Decidí que es una pregunta demasiado compleja, que aun para los grandes expertos y líderes mundiales es un debate sin fin.
Aún así es un país completamente en el otro extremo, no solo geográficamente hablando.
Vale la pena visitar el continente de Asia, y descubrir lo que para mi terminó siendo otra dimensión, y un estilo de vida distinto al mío.