Dentro de la facultad de español en la Universidad Estatal de San Diego, hay un profesor que ha publicado varios textos a través de su carrera, maneja un programa para estudiantes de intercambio en Mérida, Yucatán y tiene dos maestrías, una en educación y una en español.
José Mario Martín-Flores ha logrado esto en su vida. Martín-Flores es un profesor de la facultad de español, en donde otorga clases de literatura y de cultura mexicana.
Nacido en un pueblo cerca de Guadalajara, Jalisco, Martín-Flores fue profesor de filosofía y letras en México, antes de trasladarse a los EEUU para estudiar su doctorado en UC Irvine.
Una de las principales razones por la cual optó mudarse de México fue debido a la falta de oportunidades que existen en el país en relación a carreras como la de literatura y la de filosofía.
“México vive una crisis económica y de instituciones muy grave desde los años 70s”, dijo Martín-Flores. “Comenzaron a cerrar facultades de historia, antropología, sociología, literatura, así que dije ‘ya no tengo trabajo’”.
Debido a su desempeño laboral como profesor, a Martín-Flores le dieron como premio la oportunidad de poder estudiar en EEUU.
Desde entonces, Martín-Flores nunca ha regresado a vivir a México.
Una de las razones principales por la cual optó por quedarse, fue los avances tecnológicos que beneficiaban a una persona ciega.
Cuando Martín-Flores vivía en México, la mayoría de la ayuda que él recibía conforme a su ceguera provenía de sus siete hermanas o de un grupo de mujeres jubiladas que hacían trabajo de voluntario para ayudarlo.
“Todo era en braille, no existía la tecnología que me pudiera leer las cosas como en una pantalla”, dijo Martin-Flores.
Antes de que existiera tecnología apropiada para una persona ciega, si no leía un libro en braille, se grababa casetes con el audio del libro.
“Al final de mi doctorado, tenía como 2,500 casetes”, dijo Martin-Flores. “Más de 5,000 horas de grabación de libros, y todas mis notas tenía que hacerlas en braille”.
Los problemas de ceguera de Martín-Flores no fueron algo con lo que nació, a sus 8 años, comenzó a perder la vista.
“Yo desde los 8 años perdí la vista, mi problema es el nervio óptico, tengo glaucoma”, dijo Martín-Flores. “El nervio óptico tiene 1 millón de fibras, y desde los ocho años, ese millón de fibras, solamente funciona el cinco por ciento.Así que estoy viendo el mundo a través de un hilito, casi invisible, es casi un milagro”, dijo Martín-Flores.
Al tratar de averiguar qué carrera o profesión iba a embarcar, Martín-Flores probó el periodismo, pero decidió que no era lo suyo.
“Yo quise estudiar periodismo y trabajé como periodista, y me resultó muy agrido”, dijo Martín-Flores.
El no poder explicar las cosas a detalle, o la intención del hecho, son algunas de las razones por las cual Martín-Flores dijo que prefirió la literatura al periodismo.
Al pasar por unas clases de literatura Martín-Flores se dio cuenta de su pasión.
“Cuando pasé por las clases de literatura, dije ‘No, esto es lo que quiero hacer’”, dijo Martín-Flores. “Me decía mi mamá ‘pero si no puedes leer’ y le dije ‘no importa yo veré la manera… pero es lo que me gusta y sí, ni modo’”.
Años después de haberse mudado a EEUU y haber terminado su doctorado, Martín-Flores comenzó a escribir y publicó su primer libro en 1995, titulado “Ámbitos”, el cual está compuesto por 100 haikus, poemas japoneses, que por lo general son poemas que consisten de tres líneas.
Su segundo trabajo literario era un poema largo, en donde se enfoca en conmemorar la muerte de su madre.
El tercer trabajo literario de Martín-Flores, titulado “Encanto de la Hoja”, fue un libro que fue publicado en Argentina en donde relata una historia más personal sobre el ser autoexiliado.
“Nosotros salimos no porque nos persiguiera la policía, o porque hubo fugas a deshora, ni amenazas telefónicas”, dijo Martín-Flores. “Salimos por la precariedad económica, por las restricciones profesionales, y llegamos acá en esta diasporosidad”.
Debido a que lleva años viviendo en EEUU, Martín-Flores ha analizado cómo la literatura latinoamericana ha crecido dentro del país.
“EEUU ya no es simplemente un refugio, si no, un núcleo productor de cultura hispánica”, dijo Martín-Flores.
Comenzó a dar clases en la SDSU en el1999, en donde también es asesor de los estudiantes de maestría.
Una de las razones por la cual optó en establecerse en San Diego es debido a los parecidos que la ciudad tiene a México y por el hecho de ser ciudad frontera.
Martín-Flores también dijo que en el Departamento de Español de la SDSU ha tenido alrededor de 350 estudiantes que se reciben en la carrera de español, y le ha dado clases a alrededor de 3,500 estudiantes en donde el español es su segunda lengua.
Laura López, una asistente del profesor Martín-Flores, que es estudiante de intercambio de España, trabaja con él dos veces por semana.
Dijo que el trabajar con el profesor la ha expuesto a aprender de una cultura que es distinta a la de ella.
López también dijo que algo que admira del profesor es que no se deja consumir por sus problemas de ceguera.
“A pesar de todas las dificultades y las adversidades que tiene por el tema de la ceguera y su dificultad de hacer ciertas cosas es el optimismo con el que lo lleva”, dijo López. “Como al final, el nota, siente y sabe cosas que yo, por ejemplo, viendo no me doy cuenta”.
Brenda Vázquez, egresada y asistente de los profesores en la facultad de español, dijo que una de las razones por las que continuó en la carrera y comenzó a tener una pasión por la literatura fue gracias al profesor Martín-Flores.
“Es un profesor que sabe mucho”, dijo Vázquez. “Cada vez que hablas con él, le aprendes algo nuevo”.
Al final del día, la meta de Martín-Flores como profesor es influir a sus estudiantes y contagiarles la pasión por la literatura y por la cultura que él posee.
Martín-Flores considera que cada acto humano termina siendo un acto político, por ende, la literatura para él no solo es algo personal, si no una reflexión de lo que ocurre en nuestros alrededores.
“La literatura en especial, es una reflexión, es el contra espejo de la política”, dijo Martín-Flores. “De todos los sueños incumplidos, de todas las promesas fatuas, la literatura es el espejo en el que se mira, deformante a veces, se mira la realidad”.
En este momento, el profesor acaba de finalizar la escritura de un libro de historias cortas titulado “Corre Moscas”, que son cuentos que dialogan con moscas.
“Son cuentos rápidos, veloces como las moscas”, dijo Martín-Flores. “Y como las moscas, donde paran defecan, mis cuentitos, también donde los lees, queda alguna marca que incomoda”.
Martin-Flores planea ingresar este libro a concursos para ver si gana algún premio, y si no gana , buscará editoriales para que pueda ser publicado.