El reloj avanza, las dudas aumentan y aunque el coronavirus no cede, el momento de transferirse ha llegado.
Cuando el coronavirus pegó en la ciudad de San Diego, yo estaba por terminar mis clases en Southwestern College para obtener mi título en Comunicación, y al mismo tiempo completar mi preparación para transferirme a la Universidad.
Porque la pandemia nos atacó muy fuerte en todos los sentidos, donde la tristeza e incertidumbre triunfaban del norte al sur, era evidente que temíamos sobre las decisiones que se tomaran en esos momentos obscuros ya que los resultados podían ser irreversibles.
Los minutos, las horas y los días pasaban rápidamente y se me estaba complicando el tomar una decisión tan importante para mi futuro profesional.
No sabía si la mejor opción era transferirme a la Universidad Estatal de Bakersfield ese mismo año o esperar un año más para transferirme a la Universidad Estatal de San Diego, siendo esta última la idea primordial desde hace años.
Me tomó aproximadamente un par de semanas llegar a la conclusión que el quedarme aquí en la ciudad de San Diego me iba a beneficiar anímica y académicamente.
Sin embargo, esta decisión significaba que iba a perder un año entero de estudios y desafortunadamente ya no era posible aplicar para entrar a la Universidad Estatal de San Diego ese año escolar 2020-2021 debido a que las fechas límites para registro habían pasado ya.
Así que para evitar que ese año de estudios pasara en balde, tome la decisión de registrarme en el programa de Periodismo en Southwestern College y en estos dos semestres aproveche a obtener mi título.
Me dediqué a escribir artículos para el periódico Southwestern College Sun y la revista El Sol, donde fue un honor ser la Editora Ejecutiva.
El tiempo voló y la fecha para saber si lograba mi meta de transferirme a la Universidad Estatal de San Diego estaba cada vez más cerca. Cuando ese día tan esperado llegó y me avisaron que sí fui aceptada para ser parte de la familia Azteca, me entró una gran alegría.
Para mi es un gran orgullo ser latina, contribuir a la diversidad de la escuela y estar cerca de obtener mi título profesional siendo primera generación en mi familia como estudiante universitario en los Estados Unidos de América.
Por medio de sus embajadores, profesores y decanos, la orientación virtual que ofreció la Universidad Estatal de San Diego para los estudiantes de traslado es sin duda alguna el apoyo perfecto para que tengamos la seguridad de manejar correctamente el camino a un futuro exitoso.
Nos guían para conocer las oportunidades que hay de trabajos donde podamos llevar a cabo nuestras prácticas profesionales, así como también el conocer las opciones que tenemos de estudiar fuera del país y vivir esa experiencia inolvidable.
Estando a solo unos días de entrar a este nuevo año escolar, no puede ser más emocionante para estudiantes de traslado como yo el saber que vamos a regresar en persona y poder convivir tanto con maestros como con compañeros de clases.
Respetando debidamente todos los protocolos de COVID-19, seguramente esta experiencia escolar será la mejor.