La frontera entre México y California vista desde el lado estadounidense del Parque de la Amistad. Foto de Emely Navarro
Lorena Servin tenía 21 años cuando vino a los Estados Unidos, estaba embarazada y tenía una hija de un año.
“Veníamos aquí porque me había separado del padre de mis hijas y no tenía trabajo”, dijo Servin.
Cuando la fue a visitar a México su hermana, que vivía en los Estados Unidos, le había dicho que estaban contratando nuevas personas en la fábrica donde ella trabajaba, y que era una buena idea que se mueva a los Estados Unidos. Su hermana la convenció y también le buscó un coyote para que la ayudara a cruzar la frontera.
Un coyote es una persona que, a cambio de dinero, ayuda a las personas que desean venir a los Estados Unidos pero que no tienen los papeles necesarios a cruzar la frontera legalmente.
El camino por el que un inmigrante tiene que pasar cuando llega a California. Foto de Emely Navarro.
Servin tuvo que caminar durante 18 horas a través del desierto de Arizona para entrar a los Estados Unidos cuando estaba embarazada de siete meses. Para la mujer, la caminata por el desierto fue muy difícil. Y esto causó que su segunda hija, Leslie, naciera a los siete meses de embarazo.
A los 15 días de que su hija naciera, Servin tuvo que empezar a buscar trabajo.
“Mi prima me consiguió papeles falsos y trabajé por diez años en la fábrica de cosméticos de MAC”, dijo Servin. “Cuando empezaron a chequear los documentos me despidieron”.
Así, Servin trabajó en otros lugares: limpiando casas, cuidando niños, en cadenas de comidas rápidas, pero era muy difícil quedarse en un lugar porque en todas partes estaban controlando los papeles.
Después de 17 años, Servin, como muchos otros inmigrantes en los últimos años, regresó a México voluntariamente para ayudar a su papá.
“Mis hermanas están casadas, tienen que atender a sus maridos y yo no tengo que darle cuentas a nadie y por eso decidí a regresarme”, dijo Servin.
El 61 por ciento de las personas entrevistadas en un estudio realizado por el Pew Research Center sostuvo que regresaba a su país para reunirse con su familia.
Servin dejó a sus hijos, nietos y familia en los Estados Unidos cuando se regresó a México.
Estos últimos años las leyes migratorias han cambiado mucho en los Estados Unidos. Más que nunca las personas están regresando voluntariamente a su país, dijo Rodolfo Cruz Piñero, profesor e investigador del Departamento de Estudios de Población de la Universidad de La Frontera Norte en Tijuana.
Estadísticas que muestran un cambio
Un mexicano hablando con su familia que vive en California en el Parque de la Amistad. Foto de Emely Navarro.
El estudio del Pew Research Center encontró que entre 2009 y 2014, 870-mil inmigrantes mexicanos vinieron a los Estados Unidos. Durante estos años casi un millón de mexicanos y sus familias regresaron voluntariamente a su país.
Cruz Piñero ha investigado sobre la inmigración mexicana a los Estados Unidos, y dijo que el número de mexicanos que regresa a México ha llegado a un punto culminante en comparación a los últimos años. Las razones varían por persona, pero la mayoría es porque no encuentra trabajo, porque la vida en los Estados Unidos no es lo que esperaba, o porque los deportan.
Philip Williams, director del Centro de Estudios Latinoamericanos de University of Florida, dijo que los cambios migratorios de México siempre tienen que ver con la situación económica de los Estados Unidos y de México. Cuando la economía en México anda mal, más personas migran a los Estados Unidos y viceversa, explicó Williams.
“Ahora, la economía de México está mejor de lo que era antes”, dijo Williams. “Es posible que haya más oportunidades ahora en México que cuando se fueron porque ellos han salido de su recesión, y por eso ellos están regresando”.
Cambios en México
Ramona Pérez es la directora del Centro de Estudios Latinoamericanos de San Diego State University, viajó a Oaxaca, México, con sus estudiantes durante muchos años. Cuando viajaban a México, le decía a sus estudiantes que las personas de esa parte del país no hablaban mucho inglés, pero no fue hasta 2012 que empezó a notar un cambio.
“En 2012 íbamos a estas comunidades y nos encontrábamos con varias personas que hablaban inglés, y esto era porque ellos habían regresado de los Estados Unidos”, dijo Pérez. “En un modo para ellos México era más estable porque en México ellos podían hacer más y tener más oportunidades”.
Un hombre habla con su familia en México en el Parque de la Amistad de California. Foto de Emely Navarro.
“Hay una forma en que las ventajas de venir a los Estados Unidos ya no son mayores que el costo”, dijo Pérez. “Este es un costo de estructura familiar, es un costo del patrimonio y es un costo sobre la mejor calidad de vida que podrían tener en México”.
Pérez dijo que ha notado que los mexicanos entre 30 y 50 años se dieron cuenta de que con el dinero que fueron enviando a su país durante años ya tienen casas en México y pueden tener una vida más estable allí que en los Estados Unidos. Ahora pueden regresar porque sus hijos están grandes y pueden vivir solos.
Servin se dio cuenta que tener una casa y un empleo era un buen beneficio para regresar a México.
“Viviendo aquí en México no estoy preocupada del empleo, tener comida, la agua, la luz y la renta de mi casa, que en los Estados Unidos era muy caro”, dijo Servin.
Aún con todas estas ventajas, Servin le recomendaría a sus amigos y familia venir a los Estados Unidos.
Les da a todos los pros y los contra de vivir en los Estados Unidos pero insiste que ella le “encantó vivir en ese país”.