La comunidad afroamericana ha sido presa de injusticias en el sistema policial y grupos como el Partido Pantera Negra surgieron para la defensa del pueblo negro.
En conmemoración del 50 aniversario de la fundación de su partido, el 17 de octubre tuvieron un plática formada por activistas y miembros del partido, para hablar de la labor del grupo en San Diego State University.
El panel contó con la presencia de Roberta Alexander, ex pantera, Henry Wallace, ex pantera, Melina Abdullah, profesora de la Universidad Estatal de California en Los Angeles, y organizadora de Black Lives Matter, Arturo Casares, veterano de MECHA y Mychal Odom, profesor de historia en San Diego Mesa College.
Las preguntas fueron administradas por Antwanisha Alameen-Shavers, profesora del departamento de estudios africanos en SDSU.
Los panelistas compartieron la razón que los hizo unirse a el movimiento de las panteras negras. Casi todos decidieron ser miembros porque creciendo veían a sus padres luchando por causas de desigualdad.
Roberta Alexander contó que su papá fue un esclavo que después logró trabajar en casos relacionados con la brutalidad policial.
Ella creció viendo el movimiento de derechos civiles y fueron muchos los aspectos que le llamaron la atención del movimiento de las panteras, sin embargo, lo que la impulsó fue uno de los programas de la comunidad para los niños, donde se les orientaba y daba de comer para mantenerlos alejados del peligro.
Para entender el propósito de las panteras negras es bueno comprender que su ideología se basa en una plataforma de diez puntos que promueven la libertad, justicia y la paz.
El movimiento también mantenía puntos clave para mejorar el bienestar de todos como los programas sociales como el de desayuno para niños y clases impartidas para la autodefensa.
Una de las principales actividades de la organización era la de formar patrullas de ciudadanos armados para vigilar el comportamiento de policías y así desafiar la brutalidad policial contra los afroamericanos.
Cuando se observaba que algo no estaba bien, uno de los que había visto la situación de violencia actuaba como testigo.
Henry Wallace vio casos de discriminación que afectaron a su familia. Su papá fue un militar que a la hora de retirarse, se le negó empleo por ser afroamericano.
“Los hombres negros debían de crear sus propios negocios”, dijo Wallace. “Queríamos trabajo de tiempo completo porque no podíamos participar y nuestras casas no tenían servicios como de aire acondicionado, estaban infestadas de animales y no arreglaban la plomería”.
Por su parte, Arturo Casares, es un activista chicano que experimentó segregación y prejuicio cuando iniciaba sus estudios elementales en Texas. Casares fue forzado a ir a una escuela para mexicanos y fue hasta los 16 años que aprendió inglés a pesar de haber vivido en los Estados Unidos toda su vida. Hechos como este fue lo que lo motivó a apoyar el movimiento de las panteras negras.
Melina Abdullah fue generación de las panteras porque sus padres iban y venían de manifestaciones en apoyo a la comunidad negra. Abdullah considera que es importante centrarnos en la historia del movimiento para entender que lo hizo posible.
Abdullah tenía dos opciones, seguir dejando que la comunidad fuera brutalizada o que los mataran, así que ella prefirió actuar y hacer algo para cambiar su comunidad.
“Un hecho del 2013 me pego duro, fue un cambio en mi vida”, dijo Abdullah. “Fue cuando me pregunté si quería dejar que esto pasara en mi vida y ignorar a las personas que fueron oprimidas”.
Los invitados expresaron que se le debe de poner fin al sistema policial porque han surgido muchos actos que acaban con la vida de afroamericanos.
Abdullah se mostró como abolicionista de los policías y piensa que el cambio solo viene de la comunidad.
La historia del partido se vio envuelto en controversias que oprimían las luchas de libertad y justicia. Edgar Hoover, director del FBI en 1968 describió a las panteras negras como “la mayor amenaza para la seguridad interna del país”.
Muchos pensaban que el movimiento de las pantera negras estaba en contra de los blancos pero esto no era así, ya que aceptaban a todos lo que estaban en desacuerdo con el sistema de justicia.
En muchas de sus reuniones, las panteras invitaban a que miembros de otras comunidades participaran y así recibían donaciones porque luchaban por causas que también les afectaba a otros.