Durante el fin de semana de la independencia mexicana, activistas de la comunidad de San Diego se unieron en frente del Centro Detención de ICE en el centro de San Diego para protestar las políticas de ICE y exigir derechos para los inmigrantes que han sido separados al tratar de ingresar al país por medio de asilo político.
La protesta fue dividido en tres partes. Empezó el sábado y duró hasta el domingo en la tarde, donde hubo una ceremonia en el centro de detención de Otay Mesa para concluir la protesta.
El 15 de septiembre, protestantes exigieron derechos al gobierno debido a las separaciones de familias.
La gente que fue a protestar argumentaba que las familias de inmigrantes solo están huyendo de su país debido a la violencia por causa de carteles de droga y pandillas.
“Todos estamos reunidos aquí colectivamente para protestar por lo que les está sucediendo a los hombres, mujeres y niños que están detenidos en el centro de detención de ICE, no solo aquí en San Diego, sino en todo el país”, dijo Elvira Colorado, activista cultural y participante del llanto. “Así que no llevamos esto dentro de nosotros, está bien tener este enojo, esta rabia y está bien llorar y gritar para que seamos escuchados”.
Junto con los diferentes patrocinadores, voluntarios y la comunidad, la protesta, Llanto Colectivo, fue organizada por el Centro Maestras para la práctica de Pensamiento y Arte Indígena Xicana de la Universidad de California Santa Bárbara y el Comité de Residencia de Denotación de Otay Mesa.
Un llanto colectivo fue inspirado por la idea de cómo la leyenda mexicana, la llorona, se asemeja al grito de las mujeres que lloran porque sus hijos están siendo separados de ellas.
“Es una violación de sus derechos y estamos aquí para gritar en un llanto colectivo tipo la llorona que se remonta antes de que los españoles llegaran a México”, dijo Colorado.
Vestidos de blanco y ropa indígena, los protestantes se reunieron para orar, cantar y actuar para demostrar su resistencia en contra de familias separadas.
“No queremos más separaciones de familias”, dijo Estela Jiménez, una integrante de Resistencia de Detención Otay Mesa. “Necesitamos todos unirnos en este grito de dolor y de esperanza al mismo tiempo para la reunificación familiar para estas familias, para que estos niños puedan dejar de sufrir y puedan ser llevados con sus padres pero a un lugar donde sus vidas no corran peligro, a un lugar donde estén protegidos”.
Durante la protesta, se realizó una oración dedicada para las más de 1,600 familias que han sido afectadas y traumadas por los tratamientos poco éticos de los políticos y los cientos de menores que aún siguen separados de sus familias.
El director del comité de servicio American Friends y activista, Pedro Ríos, dijo que cada vez que hay una redada o cada ves que salen las patrullas fronterizas, separan a las familias, y recalcó que es algo que ocurre a diario.
“Aquí en San Diego, vivimos en una presencia de alta militarización donde los agentes militares actúan con plena impunidad, y si nos quedamos callados, nos van a pisotear y nos van a ganar”, dijo Ríos. “Por eso, este llanto colectivo es tan importante como cualquier otra acción que se a hecho. Se va escuchar en todos lados y va dejar una huella bastante fuerte”.
Al final de la protesta del sábado se realizó un acto y llanto metafórico, como acto de solidaridad que reflejaba las familias que han sido separadas para demostrar cómo han sufrido y por qué es que emigraron a EEUU.
“Me enteré del llanto colectivo por medio del Centro Cultural de La Raza, el edificio tenía un póster frente la puerta y me llamó la atención porque iba ser un acto de performance”,dijo Alexander Escobedo, estudiante de primer año de la Universidad de California Santa Cruz. “Sé que el performance como medio de expresión es muy poderoso y muy afirmativo”.
“Nuestros niños no deberían estar sufriendo, cada vez que separan un niño de sus padres es como un golpe de muerte para la familia”, dijo Jiménez.