En las últimas dos semanas han pasado dos tiroteos donde los latinos han sido el motivo principal de odio y el blanco fácil.
La primera vez que fui afectado por una balacera fue en el 2016.
El 12 de junio de ese año hubo un acto de odio en contra de la comunidad LGBT en el club nocturno Pulse de Miami. En donde alrededor de 49 personas perdieron la vida, y un día después de este atentando mis compañeros y yo tuvimos una junta en el antro donde yo trabajaba.
Escuchar que alguien quería matar a tanta gente, y que podría pasar en nuestro club me dio mucho miedo.
A su vez, sentía coraje porque no sabía cómo defender a los que nos quisieran hacer mal y ayudar a las familias que fueron afectadas, pero también preocupado por no saber cuándo nos iba a tocar a nosotros.
El pánico que tuve ese entonces hizo que mi inconsciente reaccionara de una manera diferente. Cada vez que una caja se caía o cerraban una puerta muy fuerte pensaba que me encontraba en peligro.
Estos nuevos atentados de odio los relación con los del 2016, porque también fue dañada una comunidad minoritaria y que muchos no quieren.
Desde ese atentado, mi interior puso un tiro en blanco en mi espalda porque soy parte de esas comunidades minoritarias que algunos de nuestra sociedad odian.
Duré tiempo saliendo a la calle con miedo a no regresar a la casa y sin poder divertirme con mis amigos por miedo a las balas.
Unos días antes de que pasaran los tiroteos, estaba en una entrevista con un amigo para un proyecto en donde los soñadores o estudiantes de DACA pudieran contar sus historias y comenté cómo me sentía siendo un tiro al blanco hacia los retractores.
Es triste ver como el color de piel, idioma y cultura puedan traer odio y sed de venganza a las comunidades minoritarias que viven en este país y pierden la vida en atentados racistas.
Durante el desfile de ‘Pride’ de este año, fueron contratados muchos agentes de seguridad y vigilancia, sin embargo, no me sentía seguro de caminar por las calles apoyando a la comunidad.
Imaginaba que en algún momento alguien llegará y mataría a muchísima gente inocente y no fuese tratado como un criminal por su color de piel.
El miedo de ser víctima no me paraliza, ni me impide salir adelante. Ahora, cuento con más habilidad de estar alerta en donde están las salidas de emergencias y qué hacer si llego a estar en un atentado.
Día a día, se han escuchado nuevos casos e historias de balaceras, algunas veces una tras otra, en donde los latinos son afectados.
Desde que pasó el acto de racismo en Walmart en El Paso, Texas, la gente hispana vive con más pánico.
Las declaraciones dadas por el atacante donde dijo que él quería matar a gente latina, es por eso que acudió a un lugar que es demasiado visitado por la comunidad hispana.
Estos casos de racismo se han dado frecuentemente desde hace tres años atrás afectando a un país entero y no solamente minorías.
Lalo Alcaraz, hispano americano caricaturista, dibujó un latino con un tiro en blanco en la espalda y esa persona puede ser mi primo, mi vecino o yo. Dando entender que a cualquiera de nosotros nos puede suceder, solamente por estar en el lugar y la hora equivocada.
Al final del día, mi identidad, el color de mi piel y mis raíces me hace sentir como un objetivo en movimiento, pero el miedo y el odio no me detendrá a vivir mi vida.
Siento que el gobierno debe de tomar una acción inmediata del uso de armas de fuego, no sólo porque mi comunidad está en riesgo, sino porque todos en EEUU lo están.
No podemos seguir viviendo con miedo al salir a la calle, y pensar que en cualquier momento nos atacarán por la espalda.
Ojalá, la leyes cambiarán y pare el uso de armas de fuego. Tristemente, el odio hacia las minorías y el señalamiento por el tipo de piel nunca cambiarán y el racismo seguirá.
Con este tiroteo se sumó a 250 a lo que ve de este 2019.