Roberto Hernández es uno de los pocos profesores de la facultad de Estudios Chicana y Chicano en la Universidad Estatal de San Diego, quien después de dar clases, brinda apoyo a las comunidades minoritarias.
Hernández cuenta con un inmenso récord de aportaciones a la sociedad minoritaria, así como también la ayuda a las caravanas de inmigrantes que se alojan en la frontera de San Diego y Tijuana.
A su vez, forma parte del committee del Centro Cultural de la Raza ubicado en el Parque de Balboa, es afiliado con centro de estudios latinoamericanos y con el central de estudios islámicos, gracias a su labor con las comunidades musulmanas.
Hernández nació en México y fue criado en San Ysidro, California. Pasó parte de su vida viviendo a unas cuadras de la frontera, por lo que se preguntaba varias veces por qué ese muro estaba ahí y por qué hay una separación entre su comunidad. Esa fue una de las razones que lo inspiró a ser maestro de estudios chicanos.
Al crecer en los 80s, Hernández vio cómo es que en la patrulla fronteriza y policía todavía predominaban los blancos por lo que entendió que las líneas estaban claramente marcadas entre los norteamericanos y los mexicanos.
“No sería un profesor de estudios chicanos si no tuviera los lazos con esta comunidad, sino que también un enfoque orientado a la equidad o orientado a la justicia social, pensando en todos los problemas de nuestras comunidades, no solo los mexicanos, chicanos o latinos, pero también trabajo con musulmanes, filipinos y afroamericanos”, dijo Hernández.
En 1984 hubo un tiroteo en un Mcdonalds de San Ysidro ubicado a solo dos cuadras de donde vivía Hernández, en donde durante el tiroteo algunos amigos de su infancia perdieron la vida. En ese entonces, se preguntó por qué era que la policía y los civiles estaban tratando de cazar a los mexicanos.
Hernández se hizo esta pregunta cuando tenía cinco años de edad, quien ya era consciente de la violenta realidad de este mundo, el cual le hizo tener más y más preguntas.
Este tiroteo lo llevó a querer estudiar y aprender más sobre su cultura y ser un partidario para las comunidades marginadas en el país.
Asimismo, obtuvo su licenciatura en honores de estudios chicanos y su maestría junto con su doctorado en estudios étnicos comparativos en la Universidad de California en Berkeley.
Después de 13 años de estar en el área de la bahía, enseñando estudios chicanos y estudios afroamericanos en la Universidad de California en Santa Bárbara, Hernández decidió regresar a San Diego y ser profesor en SDSU para estar más cerca de su familia.
Dado el enfoque de su trabajo en el tema fronterizo y los derechos indígenas, tenía sentido estar en San Diego, que está a solo unos minutos de la frontera de EEUU y México.
Hernández mencionó que San Diego ha sido un centro importante para los estudios chicanos, en particular para lo que algunos podrían llamar la perspectiva indígena.
“Soy un creyente en la justicia y en cualquier lugar donde haya injusticia”, digo Hernandez. “Tenemos la obligación ética de comprometernos y minimizar el daño y estar firmemente en contra de la injusticia dondequiera que se presente”.
Diane López es estudiante de último año de comunicación. Síguela en Twitter @dianelopezolea.