El 10 de noviembre marcó la 14.va celebración del Día Nacional de la Pupusa, un platillo salvadoreño típico que se vende por todas partes del mundo, especialmente donde se encuentra un comunidad de inmigrantes salvadoreños.
La pupusa es una tortilla gruesa hecha a mano de base de masa de maíz o arroz que está rellena de uno o más ingredientes.
Los rellenos típicos de una pupusa son queso, frijol y chicharrón; el chicharrón que se usa es más como carne de puerco molido y no como la piel del cerdo como en México.
Otros rellenos incluyen el ayote y el loroco, un planta cuya flor se come y tiene una aroma muy fuerte.
Algo que me he dado cuenta es que la pupusa puede ser vegetariana y sin gluten, ya que la mayoría de los rellenos son verduras.
Además, las pupusas hechas de harina de arroz no contienen gluten.
Estas se acompañan con una salsa de tomate cocido y el curtido que es repollo junto con zanahoria, chiles y orégano en vinagre. Algo no tradicional, pero también es delicioso comer pupusas con crema.
La forma tradicional de comer una pupusa es con las manos y sin usar cubiertos, pero si es aceptable usarlos si la persona lo desea.
La pupusa se puede comparar con la gordita mexicana o la arepa rellena venezolana, pero los rellenos y la cocción son diferentes.
La pupusa se rellena antes de cocinarla y usualmente no lleva ingredientes como lechuga ni carnes como pollo o res.
Muchos dicen que la palabra, pupusa, viene de popotlax que significa grande o relleno en Náhuatl, lengua indígena de partes de Latinoamérica incluyendo a El Salvador.
El origen de esta comida es desconocida pero sí se sabe que se comía en tiempos precolombinos antes de la colonización española.
Desde el primero de abril de 2005, la Asamblea Legislativa de El Salvador decretó el segundo domingo de cada noviembre como “El Día Nacional de la Pupusa”.
Ahora se celebra con fiesta y festivales en todas partes del mundo en ese día.
Restaurantes donde venden pupusas o pupuserias se encuentran por todas partes de EEUU.
Aquí en San Diego hay pocas pupuserias, pero todavía se puede encontrar este plato típico.
Yo como hijo de padres salvadoreños crecí comiendo pupusas y otros platillos tradicionales de El Salvador.
Hasta creo que había comido pupusas antes de comer tacos mexicanos.
La mayoría de mis reuniones y fiestas familiares siempre sirven pupusas.
Para mi las pupusas caseras no se comparan con las de una pupuseria.
Yo crecí en Los Ángeles, donde se encuentra una gran cantidad de pupuserias, pero las pupusas que yo más he comido son las de mi familia, hechas por mi mamá, mi abuela o mis tías.
Afortunadamente, la mayoría de las pupuserias que se encuentran en el país son negocios pequeños manejados por inmigrantes salvadoreños y han mantenido la tradición de las pupusas.
La única cosa que cambian aquí en las pupuserias de EEUU es tener otros tipos de rellenos como jalapeño, pescado y hasta pepperoni.
Estos nuevos rellenos quizás son para atraer y presentar la pupusa a más gente.
Yo me siento orgulloso de ver muchas pupuserias en todas partes de EEUU, porque muestra que inmigrantes salvadoreños han querido perseverar su cultura, y también compartirlas con los demás.