La película de terror del 2019 “La Llorona” sólo da miedo en su retrato de dictadores imperdonables y sus innumerables víctimas. Con actores y actrices guatemaltecos y mayas, el público se envolverá en un cuento que se siente demasiado real.
La infame historia de la madre que llora por sus hijos después de ahogarlos es bien conocida por los hispanos. Como niños, aprendimos que mantenerse lejos de un cuerpo en el agua por la noche es inteligente si no quieres que La Llorona te lleve. Pero a diferencia de otras películas que se centran en sus actos malvados, La Llorona ya no es la antagonista, sino la víctima en esta historia.
“La Llorona” se centra en un anciano criminal de guerra que se vuelve cada vez más paranoico a medida que su pasado y una fuerza sobrenatural comienzan a atacarlo. El anciano general Enrique Monteverde (Julio Diaz) y su familia luchan con las implicaciones de su cruel pasado: el genocidio de los mayas en Guatemala. Aunque el tribunal condena a Monteverde como criminal, los cargos se retiran más tarde, lo que provoca resentimiento por parte de miles de mayas. La película tiene lugar principalmente en la gran casa del general, donde residen su esposa Carmen (Margarita Kenéfic), su hija Natalia (Sabrina De La Hoz), su nieta Sara (Ayla-Elea Hurtado) y dos trabajadoras domésticas mayas Valeriana (María Telón) y Alma (María Mercedes Coroy).
El director Jayro Bustamante hizo “La Llorona” para enseñarnos una Guatemala moderna y algo corrupta, con la ayuda de su diverso elenco. La película discute el tratamiento moderno de las comunidades indígenas en los países hispanos de hoy, ya que los mayas se ven obligados a tomar cartas en el asunto para recibir justicia. A diferencia de otras películas de terror, los personajes principales de “La Llorona” son los villanos o los espectadores de la delincuencia. Nos hace preguntarnos si sólo los que cometen el delito son culpables o también aquellos que deciden ignorarlo. Como audiencia, sientes ira hacia los delincuentes y confusión hacia las personas que no pueden hacer nada sino apoyarlos sin importar las consecuencias.
Esta película hispana incluye actores guatemaltecos indígenas para demostrar la dura realidad que el país enfrentó durante años. El verdadero genocidio de los mayas ocurrió durante una guerra civil en Guatemala de 1960 a 1996, según PBS NewsHour. Más de 200,000 personas fueron asesinadas en 36 años y más del 80 por ciento eran mayas. El general ficticio Monteverde es muy similar al ex-presidente guatemalteco José Efraín Ríos Montt, quien se enfrentó a juicio en 2013 por las masacres sistemáticas de los indígenas. El Monitor de Justicia Internacional informó que la mayoría de las violaciones ocurrieron durante el gobierno de Montt, y que “en la región de Ixil, entre el 70 y el 90 por ciento de las comunidades fueron destruidas durante este período”. A pesar de la evidencia, tanto el criminal de guerra ficticio como el real afirmaron su inocencia durante el juicio.
Lo que se podría argumentar es que “La Llorona” es una película clasificada de horror, pero no da mucho miedo. La audiencia es arrojada en el drama al principio, pero hay momentos lentos donde se siente como que no está sucediendo mucho. La duración de la película de una hora y 37 minutos muestra momentos más tranquilos que aterradores, pero su emotiva cinematografía amplifica el drama. Este aspecto también lo hace una película original que no depende de los sobresaltos y de los momentos triviales. La película traduce con éxito la tristeza y la ira de un personaje mítico a la experiencia de miles de personas en Guatemala con su representación realista de La Llorona.