Estudiante licenciado de San Diego State Derick Abrigu enfoca sus estudios en la comunidad de inmigrantes, cruzando a Tijuana para mejor entender las condiciones de los deportados y otros.
Abrigu empezó con sus estudios en San Diego State en 2015, viniendo desde Canadá con su esposa e hija. Siendo hijo de inmigrantes peruanos, quienes llegaron a Montreal en los años 70, Abrigu sintió el deseo de investigar y contar las historias de otros inmigrantes latinos para mejor entender las razones por las cuales cruzan y las situaciones con las que se enfrentan diarias.
“La propia historia de mis padres fue (lo que me inspiró), pero también es la historia de nuestra cultura”, dijo Abrigu. “Yo soy una representación de la inmigración que hicieron mis padres”.
Abrigu creció en Montreal hablando español, francés e inglés. Sus padres fueron unos de los primeros inmigrantes peruanos que se establecieron en la región tras escapar la instabilidad del sistema político en Perú. Tras recibir su primer título en la Universidad de Concordia en Montreal, Abrigu decidió emigrar por sí mismo a San Diego para investigar y reportar.
“Hay muchos inmigrantes de todas partes del mundo quienes están viviendo en condiciones deplorables por consecuencias políticas binacionales que existen entre los Estados Unidos y México”, dijo Abrigu.
Las razones por las cuales la gente inmigra son más complejas que por simples razones económicas. Cosas como la violencia y el ambiente social también influencian a la gente para que inmigre.
A pesar de lo difícil que es entrar y establecerse en los EE.UU., gente de todas partes del mundo siguen tratando, usando la frontera de Tijuana como una puerta.
“La gente viene porque tiene que trabajar”, dijo Abrigu. “Tienen que superarse y seguir adelante. Solamente quieren oportunidades que no existen en sus países”.
Abrigu cruza la frontera para observar y convivir con estas personas, escuchando sus historias para mejor entender sus razones de inmigrar.
“A veces vamos al parque o a jugar pelota. Después regreso al albergue y los ayudo con diferentes documentos que tienen que llenar, y me quedo platicando con ellos”, dijo Abrigu.
Aparte de escuchar y observar a estos inmigrantes, Abrigu también los trata de informar de sus derechos y ayudarlos a comprender las situaciones en las cuales están.
Abrigu dijo que no está buscando una solución por sí mismo para los inmigrantes, sino que primero, quiere comprender sus situaciones y ayudar a poner una cara a la palabra inmigrante.
“Invito a toda la comunidad de San Diego, que estamos (cercas) de la frontera, a (venir y) observar”.
Su meta al acabar con su investigación y sus estudios en SDSU es entrar en una carrera centrada en la consultación política para ayudar a los inmigrantes.